Papel Pintado

¿El origen? ¿La inspiración? La respuesta es demasiado amplia. En el proceso de creación de estampados hay muchos caminos. Puede que me encuentre en el taller y de cualquier detalle que la retina de los ojos haya captado esos días, de una foto interesante de alguna textura, comienzo a imaginar composiciones, capas de color, mezcla de elementos.

Me nutro de aspectos orgánicos, tangibles y los traslado al tratamiento digital para cambiar dimensiones, trabajar con capas. Una mezcla interesante a la vez que potente. O puede que el cliente, como en este caso, me aporte una imagen con colores y formas que le resulta atractivas y a partir de ahí, empieza el desarrollo.

Buscando un lenguaje totalmente único y exclusivo para cada encargo, para cada proyecto, el personalizar ese papel o mural decorativo es el reto y el estímulo a la vez. Una vez que traslado todas la ideas al programa digital, pruebo diferentes opciones, combinaciones, desarrollo varios borradores hasta representar aquello que considero pueda ser un abanico de propuestas para enseñar al cliente.

El diseño ganador pasa a la siguiente fase que es la impresión digital. Dichas impresoras consiguen bañar con las tintas y colores perfectos el papel decorativo que vamos a aplicar en el espacio.

En este caso se trataba de un pequeño recibidor de un estudio-vivienda de un fotógrafo. Por lo que en base a la foto que me enseñó, llegué a un motivo decorativo con la personalidad que el proyecto requería. Esos colores vivos, casi flúor, motivos orgánicos como hojas pero con otras texturas y una alusión a los clichés fotográficos fue el acierto que hizo cambiar totalmente la entrada de este espacio.

Podéis ver el proceso a la hora de aplicarlo y el antes – después.