Bajo la petición de un proyecto pude desarrollar una serie de propuestas para decorar un ambiente. Se trataba de crear un jardín, un oasis, un espacio cálido a la vez que muy atractivo para transformar de manera única y exclusiva la terraza de un restaurante. La solución de colocar planta natural o artificial se contaba como opción en menor medida. El gran impacto que se quería conseguir y la idea que sugerí fue intervenir grandes superficies del techo, muchos metros cuadrados con los motivos a gran escala pasando los diseños a telas estampadas.
El origen para comenzar a pensar el desarrollo de motivos decorativos varía según cada proyecto. En este caso, unas ilustraciones en acuarela fueron parte de los elementos escogidos. Formas orgánicas, tonalidades pastel, verdes en dos intensidades, el blanco y negro como contrapunto. Estos son los trazos individuales con fuerza expresiva sobre lienzo en blanco que seleccioné.
En base a un elemento gráfico que ya existía aplicado de manera parcial en parte del restaurante, desarrollé un elemento geométrico, una «trama de base» que serviría de fondo para ir colocando en superposición las ilustraciones.
Comienza ahí el escaldo de propuestas partiendo de lo más simple: coordinación de verdes, solo dos capas, el fondo de líneas y unas hojas dentro de la misma gama de color.
Pasando por dos propuestas similares en las que los tonos pasteles cobran protagonismo.
Hasta la idea con más contraste en la que el blanco y negro juega un papel muy expresivo dando fuerza a la combinación con los otros elementos orgánicos como las pájaros o las hojas.
Este es un ejemplo del desarrollo personalizado que puedo ofrecer como valor añadido a la decoración de un ambiente.
Esas telas, o papeles pintados o murales decorativos según el soporte final que se elija con el cliente en base a la necesidad del proyecto. Se consigue de este modo que el espacio tenga un sello único y atractivo. Un impacto visual a gran escala que trasmite sensaciones envolventes, atrae e invita a quedarse en ese ambiente. En el caso de un restaurante, además del placer de la degustación gastronómica, el resto de los sentidos conectan con sensaciones y da un plus a la experiencia sensorial.
